Hablamos con Diego Sánchez González
Diego, háblanos un poco sobre ti y tu trayectoria en la fotografía
Empecé a utilizar la fotografía como medio para compartir las imágenes de mis viajes por EEUU durante un periodo que pasé viviendo en Boston. Las felicitaciones que fui recibiendo por los resultados dispararon mi interés por aprender la técnica y acumular cultura visual estudiando a autores de reconocido prestigio internacional. Mi pasión por los espacios naturales me llevó a enfocarme en la fotografía de paisajes y mis estudios de biología en los retratos de las distintas especies de animales y plantas. Entablé relaciones profesionales con agencias fotográficas españolas y editoriales, y terminé publicando mis imágenes en libros y revistas. Entre mis múltiples colaboraciones con entidades de las Islas Canarias, fui contratado para fotografiar todos los aspectos relevantes de la geomorfología, la flora y la fauna del Parque Nacional del Teide, en el que pase dos años trabajando. Este proyecto fue gran parte del apoyo gráfico en la solicitud del estatus de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y a su término se convirtió en germen del libro “El Teide Parque Nacional”, de Lunwerg Editores.
En 2011 emigré a Canadá con mi familia y hoy resido en Vancouver, Columbia Británica, un territorio agreste y difícil pero también un auténtico paraíso para los que comparten mis pasiones.
A la hora de hacer fotos, a parte de la cámara, ¿Qué material no puede faltarte?
Un buen trípode. Antaño necesitaba una mochila tamaño armario ropero para alojar todos mis cachivaches pero hoy, para una jornada normal, llevo tres objetivos (14-30mm, un 24-70mm y un 100-400mm), el trípode y filtros polarizadores y de densidad neutra. Por supuesto, acompañado de tarjetas de memoria de suficiente capacidad y baterías de repuesto.
Ganaste la I Edición del concurso,¿Cómo descubriste el Concurso Internacional ArteSOSlidario de Fotografía y qué te motivó a participar?
Lo descubrí gracias a mi buen amigo Antonio Sabater, fotógrafo de Sevilla, quien me animó a participar en este proyecto solidario. Con estos dos ingredientes no lo dudé mucho. Aunque no soy muy de concursos, la causa merecía la pena.
¿Cuál fue tu reacción al enterarte de que eras el ganador?
Pues me sorprendí mucho, francamente no me lo esperaba, y me hizo mucha ilusión porque pensé que había aportado algo a un proyecto que, más allá de su naturaleza artística, podría ayudar a otras personas.
Hablemos ahora de tu fotografía “Ya es Invierno”, ¿Recuerdas en qué te inspiraste para realizarla?
Vancouver es una ciudad en la que el arte callejero te sorprende en los rincones más inesperados. La imagen retrata una de estas obras, que se desarrolló de forma espontánea y anónima en la costa. Un día invernal, lluvioso, gris, salpicado de rojo intenso en forma de paraguas y con las montañas de telón de fondo era perfecto para mostrar mi gratitud por esta estación que cada año nos trae más de 3 meses de lluvia casi ininterrumpida, que es el origen de tanta belleza en esta región del planeta.
Es curioso que como seres humanos tenemos poca capacidad para apreciar el lado bueno de las cosas y mucha para dejarnos agobiar por las dificultades. La fotografía de naturaleza te enseña como principio que para obtener una recompensa en forma de imagen es absolutamente necesario pasarlas canutas antes. La imagen no deja de ser un símil de esta apreciación.
Como sabes nuestro concurso es solidario, la idea de que alguien pueda adquirir tu fotografía y el importe de la misma vaya íntegro a una ONG ¿Qué te parece? ¿Cómo crees que la fotografía puede utilizarse en la actualidad para generar un impacto social?
Un concurso solidario como éste es una idea genial a todas luces, ya que la fotografía sigue siendo un instrumento fundamental a la hora de llamar la atención sobre aquellos temas de interés general. Lo que ocurre es que los hábitos de consumo de fotografía han cambiado sustancialmente, derivando de forma masiva a las redes sociales y otras plataformas online. En la actualidad estamos atiborrándonos de imágenes constantemente, lo que hace que cada vez sea más difícil sorprenderse, y provocar la sorpresa es clave para que una imagen tenga poder de atracción.
En mi opinión, y aún siendo consciente de todos estos problemas, se puede seguir generando impacto social creando exposiciones monotemáticas de alta calidad (tanto a nivel de imagen como de medios de presentación) de aquello sobre lo que queremos que exista una reflexión. Me vienen a la mente los magníficos trabajos del fotógrafo Andrés López en el contexto de los perros y gatos abandonados en España. La parte mas creativa se la dejo a los especialistas en el tema. Al fin y al cabo yo soy solo fotógrafo.
Animarías a la gente a participar , ¿Qué le dirías?
Pues le diría que la causa vale la pena. Que realizar una actividad tan apasionante como la fotografía para, sin pensar en premios u otros objetivos habituales en este contexto, aportar algo positivo a nuestra sociedad a través de la infraestructura y los enlaces generados por ArteSOSlidario debería ser suficiente motivación.