Hablamos con Antonio Rodríguez
La andadura de Antonio Rodríguez en el mundo de la fotografía comenzó con la cámara de un móvil Nokia, y su primer impulso para dedicarse a este mundillo lo consiguió gracias a las reacciones de la gente hacia sus imágenes por sus encuadres y composiciones.
Antonio, a la hora de hacer fotos, a parte de la cámara, ¿Qué material no puede faltarte?
Sin duda el móvil para realizar videos cortos mientras trabajo, compartirlo en redes sociales y así poder compartir con la audiencia lo vivido in situ, compaginar el resultado final de la foto con lo vivido en persona mediante el video. En mi mochila fotográfica siempre llevo conmigo mi cámara 360 y una deportiva más pequeña de la misma marca insta360 para poder inmortalizar todo mientras trabajo. Luego en mi día a día, siempre llevo conmigo una mochila con una compacta profesional muy muy pequeña pero a la vez muy profesional y la cámara 360, siempre van conmigo vaya donde vaya, nunca se sabe cuando puedes encontrar un buen momento que deba ser inmortalizado y compartido. Es aquí donde me doy cuenta de que la fotografía es mi gran pasión y aunque me exija desconectar de ella, siempre me acompaña parte del equipo.
Has ganado la X Edición del concurso, y además has participado en más ocasiones ¿Cómo descubriste el Concurso Internacional ArteSOSlidario de Fotografía y qué te motivó a participar?
Tuve la suerte de conoceros durante la pandemia a través de la hija de un compañero de trabajo, en 2020, año en el que quedé finalista con mi obra, "Compartiendo emociones". Gracias a ella, por confiar en mi y animarme a que me presentara a vuestro certamen, el cual desconocía completamente, incluso ni sabía donde me metía. Tras el reconocimiento, vi la gran profesionalidad del jurado involucrado y la seriedad del concurso. Gracias al certamen y a Nayara Artero pude impulsar un poco más mi marca recién nacida durante la pandemia, Karui Studio, y darme a conocer fotográfica y artísticamente. Sin duda, con vuestros reconocimientos, me habéis dado energía para seguir el camino, dejándome la piel con el poco tiempo que me deja mi trabajo principal, tripulante de tren. A día de hoy, ya estoy metiendo cabeza en eventos como bodas, fotografía corporativa, o el mundo del espectáculo como festivales de música y conciertos, habiendo conocido a grandes artistas como Miguel Campello, Raúl Quijano o Chimo Bayo, amigos a día de hoy gracias a la fotografía. Os debo mucho. Mil gracias de corazón.
¿Cuál fue tu reacción al enterarte de que eras el ganador?
¡Fue brutal! (risas). Me cogisteis fuera de vacaciones con mi pareja, concretamente en Budapest," desconectando" con la cámara y mi chica. Estábamos descansando en un local muy underground, artístico con mucha personalidad ( incluso tenían una exposición en el segundo piso ) y me dio por revisar mi correo. Fue un momento de alegría máxima y a la vez pelín de pánico. Alegría máxima porque al leeros me informabais de que las 3 obras entregadas este año llegaron a la final. Mi cara y gritos de alegría abrazando a Toñi (mi chica) fueron brutales, no me lo esperaba, triplete por todo lo alto, me quedaba pensando, hablando conmigo mismo diciéndome, "bien Toño, bien, ¡Lo estas haciendo bien! sigue, no abandones y sigue el camino". Sinceramente no me lo creía, la alegría que me abordó por todos los poros de mi piel, pelos de punta incluidos siendo calvo (risas).
Y el momento pánico con dicha noticia, fue porque soy un desastre con los mails, lo reconozco, es un canal que no bicheo a diario y casi pierdo dicho reconocimiento por no contestar al mail dentro del plazo. Menos mal solo pasaron unas horas y rápidamente me puse en contacto con vosotros, dando a conocer mi visto bueno y agradecimiento a tal reconocimiento. Fue un día de celebración sin dudarlo en Budapest.
Hablemos ahora de tu fotografía “Gondversando”, ¿En qué te inspiraste para realizarla?
Sinceramente, en nada. Como dijo Henri Cartier - Bresson: "una fotografía no se toma a la fuerza. Se ofrece a si misma. Es la foto la que te toma a ti ". Venecia fue el destino elegido para volver a retomar mis viajes fotográficos, ya que durante la pandemia y años posteriores no viaje absolutamente nada, cosa que me dolía mucho ya que me apasiona perderme por nuevas localizaciones cámara en mano, así es como fui descubriéndome en el mundo de la fotografía, con el street photography. Tenía mucho retenido, quería poner en práctica lo aprendido durante los años anteriores sin poder viajar y a su vez disfrutarlo, con el equipo nuevo al completo. Recuerdo que mi mochila estaba llenísima, pesaba muchísimo, me lleve todo, cámara Sony, todos los objetivos, que si la cámara 360... y con ella anduve y anduve 7 días disfrutando de la espectacular Venecia y conectando con muchísima gente.
Gonversando nació sin esperarlo, sin buscarlo, como gran mayoría de mis fotografías, la vida simplemente me pone momentazos del día a día y si tengo la suerte de vivirlo, es ahí donde saco todo lo que sé para poder plasmarlo de la mejor manera, cazar vida con la cual poder luego mediante mi fotografía "acariciaros la patata" como me gusta decir.
Esa noche me perdí por las calles y canales de Venecia, callejeando, estaba todo prácticamente sin turistas y todo muy oscuro, poca vida. Es ahí cuando me encontré a los dos currantes, cazadores de turistas, sumergidos entre ellos conversando de manera seria. A mi favor tenía esa luz del mismo puesto, tenue pero justa para poder ser cazados en su naturalidad. A día de hoy, más de un año después, no tengo editada ni un 20% de las más de 1500 fotos que me traje en ese viaje, pero a la hora de seleccionar una foto para vuestro certamen, fui directo a ella. Y el título salió de un juego de palabras que me encanto, plasma mucho en poco, jugar con conversando pero una conversación de gondoleros.
Como sabes nuestro concurso es solidario, la idea de que alguien pueda adquirir tu fotografía y el importe de la misma vaya íntegro a una ONG ¿Qué te parece? ¿Cómo crees que la fotografía puede utilizarse en la actualidad para generar un impacto social?
Me encanta la idea de poder ayudar y que con mis fotografías pueda aportar mi granito de arena de manera altruista. Realmente pienso, y ¿por qué no? para que la foto se quede en una red social o en un disco duro. Compartir es vivir y todo lo que sea aportar algo bueno, una ayuda, adelante. ¿A quién no le gusta ser ayudado? a todos nos gustaría, no lo dudo.
Referente al impacto social que pueda crear una fotografía, sin duda es altísimo. La fotografía ya cambió la historia cuando empezó a despegar en 1825 aprox. , porque no lo iba a seguir consiguiendo a día de hoy, y más ahora con todos los gadgets y evolución tecnológica que vivimos, que no es poca. ¿Quién no tiene a día de hoy una cámara en la mano? Todos tenemos un móvil con el cual podemos transmitir nuestra visión del mundo y transmitir el mensaje que queramos, sea el que sea, sea donde sea. La fotografía es para mi el canal más completo junto al video (el cual es una sucesión de fotografías) para poder transmitir un mensaje. Compartir un lugar, una montaña, un atardecer, una guerra, una alegría, un llanto, un nuevo modelo de zapatilla que deseas tener, ese nuevo café que viéndolo en foto debe saber a gloria. Sin duda la fotografía está presente en la actualidad más que nunca, tanto en nuestro día a día en forma de vivencias o publicidad, como en el mundo digital. Mirad el arma de doble filo de Instagram. En la actualidad, creo que más que nunca lo audiovisual está presente, y sin darnos cuenta a su vez, nos están convirtiendo en creadores de contenidos o pequeños artistas con nuestra propia visión del mundo. Otra cosa es que sea ya de buena calidad. Creo que esta facilidad de tener un móvil/cámara y una plataforma donde poder compartirlo todo, ha cambiado nuestro día a día. Y esto ya es bastante impacto social.
Puedes conocer más sobre Antonio Rodríguez Menargues en este artículo que ya le dedicamos en ArteSOSlidario.